y no hubiese sido la que guardaba las manos en los bolsillos esa noche, mientras vos te destemplabas de frío.
Te hubiera regalado una flor de papel,
llena de deseos silenciosos;
te hubiera dicho en secreto y con verguenza que en realidadhay
no
vacío alguno
en lo opaco
de tus ojos
Te hubiera enseñado a ignorar las trabas de tu mente.
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