jueves, 10 de febrero de 2011

something


Te sentás ahí, tan desprolijo,tan desgarbado, con tu camisa, tu pelo revuelto y tus ojos grandes.
Sonriendo con una indescriptible especie de nostalgia si escuchás la canción que te gusta.
Te sentás ahí y la silla de al lado la reservás para tu soberbia; mientras que a mi los pensamientos se me revolean entre una y otra cosa, entre parámetros, entre perspectivas. Y cualquier opción de hablarte queda descalificada por lo que me dijiste la otra vez.
Te prendés un pucho con la parsimonia de siempre, y lo fumás con tus típicos modos.
Te miro y no te miro.
Te pienso y no te pienso.
Pero la revolución que tengo en la cabeza es por el titanio de la distancia que impusiste; el trato que impuse tácitamente conmigo misma. Entonces no se, así como nunca supe nada del todo.
Porque supongo que sabés que ojearte de perfil desequilibra todas las balanzas, pero no asume contratos eternos.
Que voy y vengo; y que por suerte eso ya no te importa.
Que no tiene sentido que te escriba ahora, lo se de sobra.
Tiene una cuota de enfermedad y una cuota de bizarría lo que siempre está acá.
Mucho frío, agobiante calor. Amor y odio; blanco y negro.
Pero de alguna manera es algo que nunca puedo dejar ir.

Que mañana me voy a levantar y tal vez de lo último que me vaya a acordar es de vos, lo se perfectamente. Que mis palabras tienen fecha de vencimiento esta noche también.
Pero hoy por un segundo nos encontramos los ojos; y es imposible esconderse del efecto residual que deja en mí.
Que es lo que siempre provocás.
Entonces supongo que la desición acertada fue la tuya, porque mis impulsos son tan efímeros como lo que dura una buena canción y mi perspectiva sobre vos rota constantemente.
Entonces esta bien, esta todo muy bien y estamos de acurdo.
Pero hoy así, con una prosa tan mundana; necesité charlar un rato con ese fragmento de cristal de vos que tengo aca siempre conmigo.

jueves, 3 de febrero de 2011

The winner takes it all.

No quiero hablar de las cosas que hemos pasado.
Aunque esté matándome, ahora es historia.
He jugado todas mis cartas y es lo que hiciste, también.
No que da nada más que decir, ni más ases que jugar.


El ganador se lleva todo y el pardedor se queda sin poder decir nada.
Atrás de la victoria debe haber un destino.

Yo estaba en tus brazos, creyendo que pertenecía allí. Me pareció que tenía sentido construirme ahí una barrera. Construyendome un hogar, pensando que sería fuerte allí; pero fui una tonta, jugando con las reglas.



Los dioses tiran los dados, con sus mentes frías como el hielo
y alguien acá abajo pierde a quien más ama.
El ganador se lleva todo, el perdedor tiene que derrumbarse.
Es simple y es plano, ¿Por qué debería quejarme?


But tell me,
does he kiss like I used to kiss you?
Does it feel the same when he calls your name?

Somewhere deep inside
you must know i miss you,
but what can I say?
rules must be obeyed,



Los jueces decidirán cuanto más tengo que aguantar,
son espectadores del show, siempre pasan desapercibidos.

El juego va a volver a empezar, con un amante o un amigo, algo que sea grande o sin importancia.
El ganador se lleva todo.

No quiero que hablemos si de algún modo te pone triste,
entiendo perfectamente que sólo has venido a saludarme.

Te pido perdón si te hace sentir mal verme siempre así de tensa, pero tenés que entender,
el ganador se lleva todo.

El ganador es quien se lleva todo.