jueves, 22 de octubre de 2009

00:07

Quiere que calles. Quiere que beses el ensueño de decirte SUYO y que afloren impudicas declaraciones del silencio, mientras olvidan las ropas que les están pesando cual trastos obsoletos y se arrancan de una vez el pesar de no ser uno.
Afuera la ciudad duerme. La lluvia trajo consigo la decisión rotunda de mezclarse entre aromas de verano torrencial. Y nada puede refrenar el capricho de sus cuerpos sedientos y del grito ahogado que ella declara...que tú respondes...que a ambos arrebata el rítmico susurro del adiós.
Pero no habrá esta noche adiós alguno. Hoy la última palabra la tiene el dosel-a quien ambos están rendidos - la vesania y el alba.
Aunque sabes bien que esta vez a la noche jamás procederá el alba.

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