martes, 16 de febrero de 2010

3:32

Buscando perfección, estabilidad.
No de esos cíclicos cambios de temporada, desiciones que van y vienen, pormenores.
No quiero que esto sean unos jeans más en el placard, juntando mugre.
NO.
Esto debe irse. Pronto y para siempre.
¿Para siempre?
El problema es que "para siempre" nunca dejó de parecerme demasiado tiempo.
El fantasma va a volver una y otra vez. Hasta que las cosas sean aclaradas en mi mente.
Hay responsabilidades de las que no se puede escapar,momentos de lucidés, debo ponerme a pensar. Me pregunto qué tan claras están las cosas y creo que han madurado...que los años no vienen solos, que cada experiencia suma un libro en la repisa. Si, claro; UNA MIERDA. Está todo peor que nunca.
Cada vez más inestable, siempre caminando hacia atrás.
Una frustante imitación de Penélope deshilachando el manto mientras todos duermen.
El cuerpo que no se corrió dentro del pogo.

Incoherente.
Perdida.
Confusa.
Vulnerable, a veces por milésimas de segundo.
Cerca del llanto, de perder el personaje.
3...
2...
1... devuelvanme la máscara, gracias.

La frustración desaparece porque en cualquier calle de esta ciudad encontrás un suplemento con el cual llenar ese vacío. La opresión se va muy lejos mientras tu razón raspa la inexistencia y se pierde entre las malditas sustancias que ya son clásicas en mí. Pero siempre vuelve, ¿sabés?.
No importa qué consigas esta vez, con cuanto alcohol lo mezcles, cuantas colillas terminen tiradas a tu alrededor o a cuantos imbéciles te hayas levantado para subirte el ánimo.
Creeme que no sirve.

Vuelve.


Busco perfección, estabilidad.
No he encontrado nada que me la pueda dar.
Y ya no me trago el cuento de que lo que busco está dentro de mi, porque estoy harta de escarbar en ese lugar.
Y husmear en la superficie me aburre.
Y ya no quedan lugares donde encontrarlo.




Quizá tenga que probar suerte en el abismo.

No hay comentarios: