miércoles, 30 de junio de 2010

22

Me encontraste con el orgullo desprevenido y en dos segundos agujereaste sin remordimiento el sentido con plomo dulce calibre 22.
Yo, siempre con la frente alta, hoy muerdo las terrazas y te entretengo con cumplidos exagerados, para no verte ir.
Siempre plantada, con la respuesta apropiada, ahora se me seca la lengua y me dan ganas de escribírtelo con una mirada corta, aunque alrededor se amuchen mil ojos del montón.
Nena testaruda pierde la certeza de no jugarse la cabeza cuando se aviva el corazón.
Araño las paredes por que tu beso me escale el cuello y que asciendan en espirales las letras, que cuelguen de la boca. No sirve la teoría , pero se me escapa entre los dedos la espina de querer demostrarte este revoltijo de "quieros" apurados, sin cortarme al filo de las dudas que me escondo en el bolsillo.
Me despido, me alejo, miro atrás. Se recorta tu inquietante cintura, mientras me golpeo la frente contra el común sentido de huir de tanta necesidad de archivarte entre mis posesiones más exclusivas, de guardar las memorias para siempre en un cajoncito, de levantar las manos y aceptar el plomo, que golpee con violencia y descargue mis ganas de seguir .

¿Cuál es el sortilegio?Rio por sentirme presa de tus modales de hollín.
¿De que pozo has salido?
¿Subiste a la montaña rusa conmigo, no sentís también las ansias de reir?
Me mareo, amor mío, me mareo,

voy entrando,
no hay escapatoria

del
frenesí.



1 comentario:

Unknown dijo...
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