lunes, 7 de junio de 2010

Muy grande la cruz, muy chico el honor.


Buenos días, señor juez. Buenos días honorable juzgado.


"He resuelto que atar cabos no llevó a nada.
He resuelto que bailar Rock n Roll no se disfruta igual si no hay compañía que haga palmas. Y que girar por la pista cansa los piés si no hay un son que lo justifique.
Que no hay culpa sin castigo.
Que no hay castigo sin dolor.
Que no hay luces de neón donde abunda la cordura.
Que hay rincones donde la mano blanca se hace negra y acarrea sus cenicientos pesares.
Que de los deslices no se aprende, cuando se denominan
traición.

Todos podrán hablar pero no hice preparaciones para la defensa esta vez.
Sólo esta vez.
No vale la pena refregar los ojos en el luto si el luto es merecido. Hoy por aquí apesta a podredumbre y no hay fuerzas siquiera para levantar un trapo y limpiar, porque me gusta así.
Retratar el denso olor del hastío, que levanta el estandarte (que explica por que estoy aquí), que muele la conciencia y esparce su pesado hedor, empolvando mi nariz.

Me puedo maquillar hoy de todos los colores del arcoiris. Pero la piel acartonada quedó gris y solitaria. Y los espejos me lo reflejan, a mi, tal vez sólo a mi.
¿Lo ves?
Claro que no.
Mejor que sea así: subrayo mi necesidad de reparar. Me dispongo a seguir los vaivenes de tu voluntad.
Pero huyo.Y quiebro aún más el honor que me encargúe de borrar cotra tu nombre.
Lloro por la reversión imposible.
Lloro por que vuelvas.
Lloro porque si volvés serías un imbecil.
Quiero que vuelvas.
Ruego que vuelvas.

Quiero que el tiempo se adapte al incordio de mi accionar y que barra la ceniza de la cronología. Y se retuerza conmigo en las idas y vueltas de lo que deseo, y sea la linea paralela que me resguarde en mi camino de regreso.

Eso quiero, nada más.
Revertir.
Por eso se fuga mi peso.
Recuperarte.
Allí vomita mi conciencia.
Separarse del veneno.
Escupiré mi confesión...."



Interrumpo mi relato.
Cuarto intermedio.
Traigan las esposas y devuélvanme a la alcantarilla.

No hay comentarios: